Carlos Delgado Mendoza en su papel de La Muerte. Obra: Umiña Danzando con La Muerte 2002 |
La historia intenta enseñarnos de manera infructuosa, con golpes duros atestados en la nuca a gestores, productores, hacedores, creativos, artistas integrales o especialistas de cualquier rama de la cultura, que el auspicio, apoyo, aporte o inversión a la construcción de un proyecto cultural-artístico ha sido en su inmensa mayoría –si no estás argollado- por decirlo menos, miserable; además de, repleto de un grandilocuente discurso burocrático, vil y barato. Esto tiene una justificación válida: De nada sirve darse golpes de pecho, si como herramientas de trabajo tenemos simplemente alegría, entusiasmo y optimismo.
Debemos ser, hacer y saber:
SER los causantes y ejecutores de un cambio real en los procesos culturales de acreditación, gestión, desarrollo y de representación desde nuestra propia persona hasta la institucionalidad de un grupo, gremio, asociación, o cartera de Estado.
HACER. Ponle el nombre que quieras, mira a tu alrededor, arriba y abajo; es fundamental para el arte y la correcta distribución económica de fondos estatales, autogestión y/o inversión de capitales privados: manejarnos como empresa, determinados en que la cultura es una industria, teniendo como premisa la calidad, el emprendimiento sostenible, la visión artística-turística-social, donde los capitales deben ser de inversión o préstamo, no piponazgo. Así, el artista ganará bien, la sociedad recibirá calidad en las actividades o espectáculos que se les brinde y el Estado generará productivamente una imagen de nuevo mundo, de turismo, de desarrollo social, ciudadanía, patria.
SABER que nos enfrentamos a una realidad: si no nos empoderamos del quehacer cultural de nuestras naciones desde las más altas esferas de poder, los gobernantes y delegados burocráticos de cualquier cartera de Estado, seguirán haciendo de nuestra puerta al mundo un intento de gestión administrativa sesgada y destinada a monopolios culturales centralizados y entre amigos. Seguiremos estancados en el anterior milenio.
El Centro de Artes Montedearte tiene un trabajo enfocado en la productividad, recibiendo estudiantes de manera permanente, de los cuales se tiene que más de un centenar de artistas salidos de sus aulas, actualmente se dedican de manera profesional a la actividad cultural.
Hoy nos encontramos en Europa desde el 17 de julio y venimos realizando una gira internacional por varios festivales en Italia, con más de 2 décadas de creación y con un éxito rotundo, con llenos totales en cada ciudad visitada, escenarios de primer nivel técnico, presentando los espectáculos: ECUADOR COSTEÑO, revista coreográfica de danza folclórica costeña ecuatoriana y la obra que nos brindó el Mérito artístico de Manta 2002, y considerada, desde su creación, Patrimonio Intangible de San Pablo de Manta, UMIÑA DANZANDO CON LA MUERTE, la historia de la Cultura Manteña. Es así que, hemos forjado un camino que nos mantendrá girando por el mundo con la responsabilidad de representar el Ecuador; la expectativa como nación es inmensa, ha crecido significativamente para el beneplácito de todos nuestros compatriotas y compañeros artistas de otras agrupaciones que visitan múltiples puntos del planeta.
Poco o nada debo agradecerle al Gobierno Nacional de la república del Ecuador y su presidente Lenín Moreno Garcés, ni al Ministerio de Cultura y Patrimonio, ni al Ministerio de Relaciones Exteriores; mucho menos a la Casa de la Cultura Ecuatoriana, ni a la Prefectura de Manabí y lamentablemente tampoco puedo agradecerle al Gobierno del GAD Manta ni a su Alcalde. Quiero creer que aún hay buenas intenciones en esos espacios, aunque estas nunca lleguen a algo, solo hay ganas… Esperemos que las cosas mejoren por el futuro de nuestra patria, de nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, por un mejor Ecuador.
Yo, como embajador cultural de mi región y de mi país, por veinte años representante de los manteños y manabitas por el mundo, puedo exponer lo que argumento con un criterio verificado in situ: Debemos cambiar de mentalidad y accionar, lograr una desconcentración de poderes hegemónicos y la ruptura de monopolios culturales enquistados en las altas esferas de un estado, cualquier estado, donde ven al arte como gasto y no como la gran posibilidad de crear una industria cultural de inversión. Como nación, las relaciones internacionales se enfocan en una diplomacia dirigida a la proyección o beneficios en la política del gobernante de turno, tratan acuerdos de inversión que salvaguarde el mercado que les convenga –generalmente solo el de su círculo vicioso-, algo de cooperación internacional en el área de derechos humanos y por supuesto cero apoyo en el área cultural artística.
Tenemos una ardua tarea para romper esos círculos dañinos y argollas, para desbaratar los monopolios de gestión enquistados en el poder y trabajar el emprendimiento como inversión. La industria Cultural es posible, es un negocio rentable. Hay que atreverse.
Gracias miles a mis artistas, bailarines, actrices, cantantes, a sus familias, a la empresa privada, a los directores de los diez festivales internacionales que actualmente nos piden regresar a tierra Sarda, a productores internacionales que nos ofrecieron su contingente para recorrer el mundo, a la administración cultural internacional de diversos países que han firmado sus invitaciones para que Montedearte visite sus naciones por los próximos tres años consecutivos. Gracias y un cariñoso abrazo a todos los ciudadanos de nuestro bello Ecuador, muchas gracias amigos manabitas, infinito agradecimiento a cada ciudadano mantense; tienen en mi y en Montedearte a quien los represente siempre.
En agosto retornamos a Ecuador, debemos planificar nuestros próximos recorridos por Centroamérica y Sudamérica por lo que queda del año. Y todo desde la autogestión.
Elmas, Martes 30 de julio del 2019
Maestro Carlos Delgado Mendoza
REPRESENTANTE DEL PUEBLO MANTEÑO EN EL MUNDO
DIRECTOR GENERAL CENTRO DE ARTES MONTEDEARTE